El acceso a energía es un bien esencial para las familias, pero no deja de encarecerse. En febrero, la factura media de luz se mantuvo respecto a la de enero (unos 110 euros), pero duplicaba la del febrero del año 2021, tal y como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Para hacer frente a la subida de los precios de la luz, los hogares buscan soluciones y una de ellas es recurrir a la tecnología en las viviendas. De esta forma, se impulsa un mayor control en el consumo de electricidad, gas o agua y, a final de mes, puede suponer un gran ahorro para el bolsillo de las familias.
Según el secretario técnico de la Asociación Española de Domótica e Inmótica, Jordi Sabaté, “Los sistemas de automatización se instalaban hace unos años por confort. Hoy se opta por la domótica sin renunciar a la comodidad, pero para ahorrar energía y ser más ecológicos”. Es más, tal y como avanza Europa Press, en España la domótica podría crecer hasta un 300% hasta 2024.

Las viviendas se convierten en espacios inteligentes
A través de un dispositivo móvil se pueden controlar sistemas de iluminación. Estos detectan la presencia de personas, se encienden y se apagan dependiendo de la luz natural. También las persianas pueden subir o bajar en función de la luz solar o la hora del día. Así mismo, la calefacción puede regularse detectando la temperatura interior y exterior y es posible ahorrar agua mediante la detección de fugas.
Como afirma Sabaté en La Vanguardia, “si en verano el sistema detecta que hay mucha radiación y baja los toldos o las persianas para evitar el calor, no será necesario poner el aire acondicionado o al menos no durante tanto tiempo”. Añade que “en el mejor de los casos, con un sistema domótico se puede obtener un ahorro de hasta el 50% del consumo de la energía y se puede recuperar la inversión en un periodo de dos o tres años”.
Automatizar para ahorrar

La implementación de una gestión inteligente de la energía permite conocer en tiempo real las curvas de consumo, la demanda de potencia máxima, la forma en la que se distribuye el consumo, entre otros datos. Esto supone un uso más eficiente de la electricidad y, con ello, menos desembolso económico.
En conclusión, la ayuda de la tecnología para ahorrar luz y energía requiere una inversión inicial que se puede ir recuperando poco a poco. La tecnología facilita la utilización de los dispositivos de luz y energía del hogar, da a conocer datos del consumo para optimizarlo al máximo. Cada vez somos más conscientes de la necesidad de optimización del consumo de electricidad en casa, no solo para reducir la factura, también para contribuir en el medio ambiente.