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¿Cómo nos afecta el uso de pantallas?

Hoy en día, hacemos uso de las pantallas de manera cotidiana. Incluso, las precisamos para nuestro trabajo y estudios. Con todo esto, el tiempo medio que se estima que pasamos delante de estos dispositivos es de unas ocho horas diarias. Pero, los menores de 30 años, pueden pasar incluso unas 10 horas al día, o más, mirándolas.

Por lo tanto, teniendo en cuenta que descansamos unas ocho horas, más del 60% del tiempo que estamos despiertos lo pasamos pendientes de esta tecnología. Es de esperar que esto pueda traernos algunas consecuencias para nuestra salud, y la primera que nos viene a la cabeza es la relacionada con nuestros ojos y nuestra vista. Pero no es la única.

Principales consecuencias

  • Sobre los ojos

Cuando leemos u observamos algo en una pantalla, nuestros ojos deben hacer un sobresfuerzo que es lo que nos puede ocasionar fatiga y, a su misma vez, esta puede ser precursora de migrañas, sobre todo en personas propensas a ello.

Otro elemento que puede afectar a nuestros ojos es la luz azul, propia de las pantallas LCD y LED. Esta, además de afectar a nuestro descanso, también favorece el envejecimiento prematuro de la retina y del cristalino.

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La luz azul favorece al envejecimiento prematuro de la retina y el cristalino.

  • Sobre cabeza y cuello

Los principales problemas que conlleva están relacionados con la postura. Cuando consultamos una tablet o un dispositivo portátil, normalmente de pequeño tamaño, tenemos la tendencia de inclinar la cabeza. Esto hace que los músculos de la parte posterior del cuello se estiren y nos produzcan dolor. Además, también nos puede suceder con nuestros monitores si nuestro escritorio de trabajo no es el adecuado.

  • Sobre nuestras extremidades

Cuando consultamos una pantalla, a menudo, simultáneamente utilizamos un teclado o algún elemento de uso manual. La utilización intensiva de los dedos, junto con los movimientos de muñeca y el codo, puede provocar la aparición de un trastorno musculoesquelético llamado EMT. Además, en los smartphones, el uso constante de los pulgares también podría provocarnos unas tendinitis.

Por lo que se refiere a las piernas, sostener dispositivos sobre las rodillas ha llevado a algunos usuarios a desarrollar una “dermatitis de calentadores” debido al calor generado por estos. Además, puede ser perjudicial para el torrente sanguíneo y dar lugar a una sensación de pesadez en las piernas por la noche.

  • A nivel psicológico

La luz de las pantallas (ultravioleta y azul) y hacer uso de ellas hasta horas avanzadas del día puede afectar en nuestras rutinas de sueño, haciendo que nos resulte difícil conciliarlo y provocar insomnio.

Hacer uso de ellas hasta horas avanzadas del día puede afectar en nuestras rutinas de sueño

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Además, nos lleva hacia un estilo de vida más sedentario y a reducir la comunicación personal entre compañeros y conocidos. Esto nos puede generar dependencia hacia las máquinas y consulta adictiva de mensajes.

¿Cómo reducir los efectos del tiempo frente a una pantalla?

No siempre es posible prescindir del total de horas que pasamos pendientes de una pantalla, ya que han pasado a ser una herramienta que utilizamos en nuestra vida laboral y también de ocio. Pero hay algunos consejos que podemos seguir para reducir los efectos que estas tienen sobre nosotros.

  • Utilizar gafas que contengan un filtro para la luz azul. Estas disminuyen la fatiga visual provocada por el uso prolongado de pantallas.
  • Hacer descansos. Se recomienda hacer un breve descanso, de unos dos minutos, después de 20 minutos mirando a una pantalla. En esta pausa, podemos descansar la vista mirando a una distancia lejana.
  • Teneruna postura correcta. Si nos aseguramos de mantener una distancia apropiada respecto a las pantallas, también evitaremos forzar la vista.
  • No mirar el móvil justo antes de ir a dormir. Además de ayudarnos a dormir mejor, también reducirá la exposición de nuestros ojos. No solo sirve para los smartphones, sino que también es útil para otros dispositivos como las televisiones.
  • Designar un período de tiempo para desconectarse de los dispositivos. Es especialmente efectivo si se decide hacer con toda la familia, ya que al estar todos de acuerdo, la familia o el grupo además tendrá la oportunidad de pasar tiempo de calidad juntos.
  • Mantener las habitaciones libres de pantallas. Este recurso puede ser de gran ayuda para lograr otros ya mencionados, como respetar las horas de sueño o alejarnos de la luz azul.
  • Reducir el uso de pantallas a lo estrictamente necesario. Hay momentos o situaciones del día en las que utilizamos los dispositivos para distraernos o pasar el rato. Un lugar donde esto suele ocurrir es en el transporte público. En su lugar, podemos mirar el paisaje o escuchar música, por ejemplo.

Consultamos recetas de cocina en ordenadores, tablets y teléfonos móviles, trabajamos delante de ordenadores (cada vez más), incluso hacemos compras y pedidos a través de aplicaciones. Es un hecho que las pantallas y la tecnología han venido para quedarse. Por eso, aprender a hacer un uso correcto de ellas y a no abusar del tiempo de utilización son uno de los temas que debemos aprendernos para mantener nuestra salud y rutinas en orden.

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